“El futuro después de mí no existe”, dice el hombre de las calabazas de Colorado, aludiendo a que la sequía, los problemas laborales y de agua pondrán fin a su negocio familiar. “Mis hijos no se dedicarán a la agricultura”, añade con un tono de resignación. Esta es la dura realidad que enfrentan muchos agricultores en la región, donde los desafíos ambientales y económicos están cambiando el rostro de la agricultura.
La sequía ha sido un problema persistente en Colorado, afectando a los agricultores de todo el estado. Las condiciones de sequía han reducido la disponibilidad de agua para el riego, lo que es esencial para el crecimiento de las calabazas. Además, el cambio climático ha exacerbado estas condiciones, haciendo que las sequías sean más frecuentes e intensas. Esto ha llevado a muchos agricultores a cuestionar la viabilidad de continuar con sus operaciones agrícolas.
Los problemas laborales también han contribuido a la difícil situación. La agricultura es una industria labor intensiva y encontrar trabajadores dispuestos y capaces de realizar el duro trabajo físico requerido es cada vez más difícil. Además, los costos laborales están aumentando, lo que pone una presión adicional sobre los márgenes ya ajustados de los agricultores. En este contexto, los hijos del hombre de las calabazas han decidido no seguir los pasos de su padre en la agricultura, marcando el fin de una era para el negocio familiar.
En resumen, la combinación de la sequía, los problemas laborales y de agua ha creado un futuro incierto para la agricultura en Colorado. Para el hombre de las calabazas y su familia, estos desafíos han llevado al cierre de su negocio. A medida que estos problemas persisten, es probable que más agricultores se enfrenten a decisiones similares en el futuro.
