mayo 19, 2024

Pérdida de fertilidad del suelo en Iowa: Investigación revela disminución de carbono orgánico desde el inicio de la agricultura

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La legendaria tierra de Iowa, base de su economía, está perdiendo su riqueza, según muestran nuevas investigaciones1. La pérdida de carbono orgánico en el suelo es motivo de preocupación, ya que afecta la capacidad del suelo para producir cultivos y resistir eventos climáticos extremos. Sin embargo, los expertos aseguran que es posible restaurar la salud del suelo y reconstruir su contenido de carbono orgánico en una década1.

Cambio climático y prácticas agrícolas: factores clave en la pérdida de fertilidad del suelo

La administración de Biden está invirtiendo al menos $20 mil millones para reducir el impacto de la agricultura en el cambio climático, como parte de un esfuerzo general de $2 billones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos a la mitad en siete años1. La pérdida de carbono orgánico en el suelo de Iowa se debe en parte al cambio climático y a las prácticas agrícolas no sostenibles. Michael McNeill, consultor agrícola del noroeste de Iowa, advierte que si los agricultores no adoptan prácticas de conservación, podrían agotar el suministro de carbono orgánico del suelo, lo que podría convertir la fértil tierra de Iowa en un desierto1.

Restauración del suelo: un camino hacia la sostenibilidad

A pesar de la situación preocupante, los expertos aseguran que es posible restaurar la salud del suelo. Hatfield, un investigador en el tema, afirma que los agricultores pueden comenzar a ver mejoras en la salud del suelo en uno o dos años y reconstruir el contenido de carbono orgánico de una granja en una década1. Para lograr esto, los agricultores deben preguntarse qué necesitan hacer para mejorar la capacidad de su tierra para producir cultivos y resistir eventos climáticos extremos1.

En resumen, la pérdida de fertilidad del suelo en Iowa es un problema que requiere atención inmediata. La adopción de prácticas agrícolas sostenibles y la inversión en la restauración del suelo son fundamentales para garantizar la capacidad productiva de la tierra y mitigar los efectos del cambio climático en la agricultura.